domingo, 11 de mayo de 2014

CAMINANDO CON CASALDALIGA



MALDITA SEA LA CRUZ
Maldita sea la cruz
que cargamos sin amor
como una fatal herencia.
Maldita sea la cruz
que echamos sobre los hombros
de los hermanos pequeños.
Maldita sea la cruz
que no quebramos a golpes
de libertad solidaria,
desnudos para la entrega,
rebeldes contra la muerte.
Maldita sea la cruz
que exhiben los opresores
en las paredes del banco,
detrás del trono impasible,
en el blasón de las armas,
sobre el escote del lujo,
ante los ojos del miedo.
Maldita sea la cruz
que el poder hinca en el Pueblo,
en nombre de Dios quizás.
Maldita sea la cruz
que la Iglesia justifica “

- quizás en nombre de Cristo-
cuando debiera abrasarla
en llamas de profecía.
¡Maldita sea la cruz
que no pueda ser La Cruz!



«Antes de que el gallo cante»:
Por causa de Tu causa me destrozo
como un navío, viejo de aventura,
pero arbolando ya el joven gozo
de quien corona fiel la singladura.

Fiel, fiel... es un decir. El tiempo dura
y el puerto todavía es un esbozo
entre las brumas de esta Edad oscura
que anega el mar en sangre y en sollozo.

Siempre esperé Tu paz. No te he negado,
aunque negué el amor de muchos modos
y zozobré teniéndote a mi lado.

No pagaré mis deudas; no me cobres.
Si no he sabido hallarte siempre en todos,
nunca dejé de amarte en los más pobres.