lunes, 30 de junio de 2014

CAMINANDO CON LAS SOMBRAS


Querido lector:
Se que existes. Se que de forma discreta me sigues, aunque no se muy bien que buscas. 
Solo una advertencia: Lee para aprender, aplícate en lo aprendido y deja a los inocentes de lado.
Un saludo

sábado, 28 de junio de 2014

Y SEGUIRE CAMINANDO CON BOFF UNA TEMPORADA

Al caminar uno se va encontrando con todo tipo de personas. Me esfuerzo sobremanera en no juzgar nunca. Intento siempre entender o, cuando menos, si la situación me resulta harto incómoda, hago caso omiso y paso de largo de forma discreta. Esto no siempre se consigue pero me esfuerzo en ello. Esto además, raramente se entiende. Me da igual.
Desde pequeña me enseñaron que cada uno ve y juzga el mundo desde su propio prisma, por lo que la realidad que reciban dependerá directamente de la "limpieza" de éste.
Desde pequeña me dijeron que con la educación que había recibido, con los valores que me eran inculcados, con la limpieza que día a día me era transmitida, con el tiempo, llegaría a ser "un gigante".
Me ha costado muchos años entender esto.
Nunca he tenido "exito" tal y como lo entienden la mayoría de las personas, pero de un tiempo a esta parte éstas palabras cobran cada vez más sentido.
No tengo grandes conocimientos, no tengo grandes formas pero de una cosa estoy segura, me enseñaron a ser una GRAN PERSONA.

"MUCHAS VECES SOMOS CRUZ PARA NOSOTROS MISMOS Y TENEMOS QUE SOPORTAR NOSOTROS MISMOS LA INMENSA CARGA DE FRAGILIDAD, DE MEZQUINDADES Y DE ESTRECHECES DE NUESTRO CORAZON"

"Imitar a Cristo no es copiar ni imitar sus gestos;  consiste en tener la misma actitud y el mismo espíritu de Jesús, encarnándose dentro de la situación concreta, que es diferente de la de Jesús. Imitarle es "tener los mismos sentimientos que tuvo Cristo" (Flp 2,5)."
 

CAMINANDO CON LEONARDO BOFF



" A la 1,30 h de la madrugada suena la campana del convento. Hay una viejecita en la puerta. Lleva una linterna encendida. Va envuelta en un grueso manto de color ceniza. Trae un pequeño paquete. Dice: "Es para el padrecito extranjero que estaba en la misa del gallo". Me llamaron. Me entregó el paquete, muy bien envuelto, con estas breves palabras: "Usted está lejos de su patria. Lejos de los suyos. Traigo aquí un pequeño obsequio para usted. También para usted es Navidad". Me apretó fuertemente la mano y se volvió a sumergir en la noche bendecida por la nieve.
En mi cuarto, yo solo, mientras evocaba imágenes de la Navidad en casa, muy parecida a la de este sitio, pero sin nieve, deshice con reverencia el paquete. Era una vela gruesa. De color rojo oscuro. Toda ella decorada. Con un grueso soporte de metal. Una lucecita iluminó la noche de la soledad. Las sombras se proyectaban trémulas y largas sobre la pared. Ya no me sentía solo. Fuera de la patria había acontecido el milagro de la Navidad: la fiesta de la  fraternidad de todos los hombres. Alguien había comprendido el mensaje del Niño: hacer del extraño un prójimo y del extranjero un hermano."


martes, 3 de junio de 2014

EL JUEGO DE LA OCA


La vida se asemeja mucho al juego de la oca. Tu vas lanzando tus dados, vas avanzando, tropezando, retrocediendo y en el peor de los casos, vuelves a la casilla de inicio. Ahi estamos. De nada habrá servido si vuelvo a empezar cometiendo los mismos errores al lanzar mis dados. Reduciremos los daños colaterales al tiempo invertido, nos alegraremos del aprendizaje obtenido que ha sido mucho aunque doloroso y nos esmeraremos en aplicarlo para que nada haya sido inútil.

CRECER-CRECER-CRECER-CRECER-CRECER