UN CUENTO PARA LOS AMIGOS
Erase una vez un perro muy, muy, muy simpático, aunque un poco glotón, que se llamaba RISQUI.
Risqui iba a un colegio llamado Jesús y María junto al resto de sus amiguitos.
Este era un colegio muy chulo que tenía un patio enorme en donde Risqui jugaba con sus amigos y se lo pasaba en grande.
Un día, mientras jugaba al pilla-pilla, uno de sus amigos le dijo:
-¡Risqui, Risqui! ¿a que no sabes de que me he enterado?-
- No! ¿de que te has enterado?-
- De que en el bosque vive una brujita muy simpática que tiene un jardín repleeeetoooo de gominolas.-
- ¡No me lo puedo creer!. ¿De verdad? Y ¿Dónde vive exactamente?- Preguntó Risqui.
Su amigo le contestó:
- No me lo han dicho, pero cuentan que tiene golosinas de todas las clases, formas y maneras y que si vas a visitarla te deja comer de ellas.
- BUENO!- dijo Risqui- pues como mañana es sábado y no tenemos colegio, cogeré mi bicicleta y me iré a buscar la casita de la brujita simpática.
Al día siguiente, Risqui se levantó muy temprano, desayunó un gran vaso de leche, se lavó bien la cara y los dientes y cogió su bicicleta para ir al bosque. Estaba muy, muy, muy contento!.
Al llegar al bosque tan solo sabía que tenía que buscar una setita roja que era la casita de la brujita, por lo que, muy rápidamente se puso “manos a la obra” o mejor dicho “PATAS A LA OBRA” ya que Risqui era un perro.
Empezó a buscar arriba y abajo, a derecha y a izquierda, a diestro y siniestro, pero.... nada de nada. Ni rastro de la casita de la brujita simpática.
Busco y busco durante toooddoooo el día pero no la encontraba y...... cuando ya estaba a punto de desfallecer, en un rinconcito precioso, escondida entre dos árboles muy grandes y frondosos,! ALLI ESTABA LA SETITA DE LA BRUJITA SIMPATICA!
Era una setita-casita preciosa de color ROJO; con una puertecita de color VERDE; una ventanita de color VERDE y una chimenea de color VERDE. Pero lo mejor, lo mejor de todo era que tenía un gran jardín REPLETO DE GOMINOLAS. Tenía de todas las clases, formas y maneras. Tenía piruletas de corazón, piruletas redondas de fresa; chupa-chups; lacasitos; chicles; caramelos; regaliz; pica-pica........ HAY ESPERA! CREO QUE PICA-PICA NO TENÍA! PERO DA IGUAL TENIA UN MONTÓN DE CHUCHES!
(AQUÍ ES DONDE HAY QUE CURRARSELO, IMAGINAR Y DIBUJAR UNA CASITA-SETITA CON UN JARDIN REPLETO DE GOMINOLAS.)
Así es que a Risqui se le hacía la boca agua de ver todo aquello y empezó a correr hacía el jardín para comerse todas las gominolas. (Acuérdate que hemos dicho que era muy, muy glotón)
Y... cuando estaba a punto de saltar la valla del jardín, de repente se encendió la lucecita que había en la puerta de la setita y salió la brujita simpática que le dijo....:
- ¡ALTO AHÍ MUCHACHITO! TU HAS VENIDO A COMER GOMINOLAS ¿VERDAD?-
- SI, SI, SI- contestó Risqui.- Es que me gustan mucho.
- Muy bien!- dijo la brujita
- Pero antes debes saber cuales son las reglas-
- ¿Qué reglas?- Preguntó Risqui.
Y la brujita continuó...
- Puedes coger la gominola que quieras. Del sabor que quieras. Del color que quieras.... INCLUSO del tamaño que quieras PERO tan solo puedes comerte UNA gominola o, como mucho, como mucho...., DOS gominolas. SI te comes más de dos gominolas TENDRÁS UN FUERTE DOLOR DE PANCHITA que solo podrás curar tomándote un CARAMELO NEGRO ASQUEROSO QUE ESTÁ MUY MALO Y AMARGO!!!!.
Entonces Risqui, como era un glotón, le contestó a la brujita simpática:
- ME DA IGUAL; ME DA IGUAL; pero a mi me gustan mucho las gominolas y me las voy a comer todas-
- Muy bien muchachito- contestó la brujita- Yo ya TE HE ADVERTIDO, tú decides lo que haces pero yo ya te he advertido de lo que te puede pasar- y volvió a su setita roja, entró, cerró la puerta y apagó la luz.
En ese mismo instante, Risqui saltó la valla y se puso a comer todas la gominolas. Comió chupa-chups; caramelos; un montón de lacasitos; chicles; piruletas.... y de repente!
-¡¡¡¡¡HAY, HAY, HAAAAYYYYY!!!!!! ¡HAY QUE PUPITAAAA!!!-
Se volvió a encender la lucecita de la setita roja y rápidamente salió la brujita simpática:
- Risqui, Risqui, cariño ¿qué te pasa?
- Mi panchitaaa, mi panchitaaaa que me duele mucho.
- ¿Tu panchita? ¿No habrás comido más de dos gominolas?
- Si, Si me las he comido TODAS.
- Pero Risqui, ya te lo advertí!. Lo siento mucho pero ya te lo avisé. Ahora solo podrás curarte tomándote este caramelo negro asqueroso- Y sacó de su setita un caramelo muy feo y amargo.
Risqui se puso a llorar y le dijo:
- Por favor, por favor brujita, el caramelo negro asqueroso no me gusta.
- Lo siento mucho pero yo ya te advertí de lo que pasaría si te comías más de dos gominolas y tu no has hecho caso así que ahora deberás comerte este feo y amargo caramelo.
Entonces el pobre Risqui empezó a chupar aquel feo caramelo....AAAGGGGRRR! Estaba malísimo, pero no podía hacer otra cosa ya que la panchita le dolía mucho.
Poco a poco fue chupando y el dolor en su barriguita fue desapareciendo hasta que finalmente ya no le dolía nada. Entonces se abrazó a la brujita simpática y le dijo:
- Gracias brujita, muchas gracias. Ya he aprendido la lección. Nunca más desobedeceré y haré caso cuando me adviertan de algún peligro.- Y cogiendo su bicicleta regresó a casa.
Rosa Alabadí Gómez.
Con todo cariño
lunes, 11 de octubre de 2010
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