SOBERBIA:
Altivez y apetito desordenado de ser preferido a otros.
Satisfacción y envanecimiento por la contemplación de las propias prendas con menosprecio de los demás.
Cólera e ira expresadas con acciones descompuestas o palabras altivas e injuriosas.
Hoy en visto a Zapatero haciendo alarde de su inconmensurable soberbia.
Le han preguntado sobre la rectificación en la fecha de entrada en vigor del decreto sobre la financiación de los municipios. Rectificación hecha a tan solo un día de su publicación.
Breve plazo y no obstante ello, dio tiempo suficiente a nuestro “gobierno” a mentir, tratarnos como lerdos y, finalmente explicarnos la rectificación con mucha soberbia.
Es fácil pensar que el tema tampoco tiene mayor importancia y sin embargo, a mi entender la tiene y mucha.
Se trata no de un acto, sino de una actitud.
Con la situación nacional que tenemos, su actitud no es tolerable.
No es más que el reflejo de una personalidad narcisista y engreída.
Habla intentando transmitir voluntad de dialogo, acercamiento, consenso, moderación y en cambio, su lenguaje corporal habla de enfrentamiento. Sus comentarios refieren desafío. Sus posturas, incitación.
Pese a ello, cual mercader en el zoco, sigue vendiendo humo mientras el país se desmorona.
La acera donde se sitúa el ropero parroquial de mi barrio, está repleta de gente.
Hoy me piden alguna moneda personas que nunca imaginaron verse en tal tesitura.
Los bajos comerciales se cierran por docenas.
Mi hija me pregunta que significa alquilar.
Todo se vende y nada se compra.
En mi trabajo oigo hablar de infartos, ataques de ansiedad, depresiones… y no soy médico.
¿Alguien hace siquiera el esfuerzo de entender que puede significar que toda una familia esté sin trabajo?
No hablo de derechas ni de izquierdas. Hablo de personas y situaciones.
PERSONAS: HOMBRES Y MUJERES. NIÑOS Y ANCIANOS.
¿Cree realmente SEÑOR PRESIDENTE que puede usted en este momento tener SOBERBIA?
jueves, 27 de mayo de 2010
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