ALMA DE POETA

Hoy he salido de casa llena.
Corría como de costumbre pero hoy al tiempo las ideas se agolpaban en mi cabeza.
¡Tengo alma de poeta!
Los poetas deberian venir a éste mundo metidos en cajas de madera.
Son almas condenadas desde el principio a sufrir y por lo tanto, vivir muriendo.
Se pasan la vida buscando un mundo que no existe.
Miento.
Buscan fuera de si mismos un mundo que es interior.
Es un mundo grande, muy grande y profundo pero solo real en recónditos rincones de su corazón.
Los que de fuera observan a éstas almas, solo ven caos y desesperación.
Pobres miserables!...No se dan cuenta!
No hay tal caos, sino búsqueda y crecimiento. Constante aprendizaje. Están vivos. Están despiertos.
No aceptan la realidad, no se conforman con lo que les viene dado, sufren y son felices en su camino, en su movimiento.
Uno no puede pasar la vida sólo rozándola. Esto debería ser pecado.
Uno tiene que rascar, arañar, aprender y sobre todo intentar cambiar. Pero...
Eso es tan duro! Duele! Agota sobremanera. Sufres, sufres de nuevo  y vives muriendo.
El poeta es por tanto un inconformista.
Pero sobre todo, el poeta es frágil...necesita afectos.
He ahí su defecto, su talón de Aquiles, su condena y sufrimiento.
En su camino, va recogiendo encuentros...
Unos dejan cicatrices, otros entregan alas y otros ya no le abandonarán jamás.
SOLO ESTOS ULTIMOS LE ENTENDIERON.