domingo, 16 de marzo de 2014
CAMINANDO CON MI PADRE
Hoy he comido con él. Nada de extraordinario, es mi padre y hoy era domingo.
Mi cabeza sigue dando vueltas y vueltas y él lo nota enseguida.
Hace una tarde maravillosa y aquellas reflexiones que iniciamos a mi llegada, las retomamos dándo un tranquilo paseo.
El cielo tiene hoy un azul intenso y todo el aire huele a azahar. El ambiente tranquilo invita a la reflexión.
Hablamos de forma genérica, de lo humano y lo divino. Lo hacemos muchas veces por lo que no hay nada que evidencie preocupación en nuestra charla.
Supongo que no puedo ser objetiva al calificarle, tampoco lo pretendo, pero disfruto de forma maravillosa cuando hacemos esto. Es tan sabio! Es tan viejo! Concluyo que los años dedicados al estudio de uno mismo y a la reflexión produce estos frutos tan magníficos.
Hablamos del amor al prójimo y a uno mismo y aquellas ideas que a mi se me representan tan oscuras él es capaz de transmitirlas como algo que, de forma innata, llevamos todos impreso.
Como siempre, al hablar, hace referencia a numerosos libros y autores que le han guiado hasta esas ideas y al regresar a casa me saca un montón de libros, notas, recortes...sus "archivos".
De ellos extracto lo que seguidamente transcribo:
"La grandeza del amor de pareja es la plenitud del amor humano. El ser y sentir se refleja en el otro. Se vive con y para el otro y se recibe su vida en entrega y suma del sentir propio desde fuera de si mismo"
"El amor transciende la persona física del ser amado y encuentra su sentido más profundo en el ser espiritual del otro y en su yo más íntimo. Que esté o no presente ésta persona, que continue viva o no, de algún modo pierde su importancia"
"La dualidad que somos nos situa siempre y en todo en la realidad de seres libres. Podemos y debemos elegir. Somos razón y sensibilidad, plenitud e indigencia, luz y sombra. Uno se empeñará en dominarlas y controlarlas pero no conseguirá más que crispación y desesperanza. El si mismo se encuentra en la aceptación. No se trata de una aceptación desde la voluntad racional, sino una verdadera integración de contrarios, la cual supone un nuevo salto de conciencia desconocido, solo perceptible cuando la entrega y la súplica humilde es limpia y verdadera."
Esta última reflexión me tiene cautivada completamente. Me parece maravillosa y tremendamente reveladora.
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